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profesorjosemolina

ORACION

SADHANA
UN CAMINO DE ORACIÓN
Antonio de Mello, S.J.

Ejercicio 16
UN LUGAR PARA ORAR
(Adaptación)

Para los que buscan refugio en el Dios de la Vida.
Encuentrè este ejercicio una hermosa tarde de verano, mientras compartìa con mi familia, a orillas de la Laguna Icalma, en el Alto Bio-Bio.
Josè.

Una de las mayores ayudas para la oración es encontrar un lugar que invite a la oración. Lugares que encierran “vibraciones” buenas.

Quizás hayas tenido también la suerte de experimentar la calma que ha producido en ti una bella puesta de sol o la influencia benéfica que una aurora poética ha tenido en tu oración. O el parpadeo de las estrellasen la noche cuando se destacan luminosas sobre el firmamento oscuro. O la luz de la luna asomándose entre las ramas de los árboles.

La proximidad de la naturaleza ayuda notablemente a muchas personas en la oración.

Sin duda que cada uno tiene sus preferencias: unos prefieren una playa con el sonido de las olas que golpean la arena; otros aman el río que discurre lentamente o el silencio y la belleza de los alrededores de un lago o la paz de la cima de una montaña…

¿No te ha llamado nunca la atención que Jesús; Maestro en el arte de orar, se tomase la molestia de subir a la cumbre de una montaña para orar?

Al igual que todos los grandes contemplativos, era consciente de que el lugar en el que oramos influye en la calidad de nuestra oración.

Por desgracia, la mayoría de nosotros vivimos en lugares que nos impiden el contacto con la naturaleza y los sitios que nos vemos obligados a escoger para la oración no nos estimulan a levantar nuestro espíritu a Dios. Razón de más para permanecer durante largo tiempo y con amor en aquellos lugares, dondequiera que se encuentren, que nos ayudan a orar.

Saca tiempo para mirar y respirar en la noche de luna o adornada de estrellas, en la playa o en el alto de la montaña, en cualquier otro lugar.

Puedes grabar estos lugares en tu corazón y cuando te encuentres geográficamente alejado de ellos, los tendrás vivamente presentes en tu memoria y podrás volver a ellos con la imaginación.

EJERCICIO
Intentemos hacerlo ahora mismo:

Dediquemos algún tiempo a alcanzar la quietud.

Viaja con la imaginación a algún lugar que estimule tú oración:
Una playa,
La orilla de un río,
La cima de una montaña,
Una iglesia silenciosa,
La terraza desde la que puede contemplarse el firmamento estrellado,
Un jardín regado por la luz de la luna…

Observa el lugar con la mayor viveza posible…
Todos los colores…
Escucha todos los sonidos,
Las olas,
El viento,
Los árboles,
Los insectos…

Ahora levanta tú corazón a Dios y dile algo.
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